Aunque las ciudades representan aproximadamente el 3% de la superficie del planeta, son las responsables del 70% de las emisiones de CO2 ¿Puedes imaginar esto?

Hay que admitirlo, muchas de esas emisiones son ocasionadas por la movilidad urbana, lo que hace necesario la implementación de una movilidad más limpia e inteligente.

Precisamente, uno de esos tipos de movilidad limpia e inteligente, es la e-movilidad o electromovilidad, la cual a través de energías eléctricas que viven en armonía con comportamientos ciudadanos, promueve una movilidad más sostenible.

1. La e-movilidad no se basa solo en la movilidad eléctrica, si no que combina varios tipos de movilidad que faciliten el transporte de las personas de una manera más inteligente y amigable con el ambiente. Por ejemplo, usar una patineta eléctrica y después subirse al transporte público, o después de llegar a una estación de servicio público alquilar una bici eléctrica.

2. En las ciudades inteligentes, la e-movilidad promueve los desplazamientos a pie, poniendo al peatón como prioridad y mejorando la infraestructura para que estos desplazamientos sean más cómodos y seguros.

3. La e-movilidad fomenta el uso de vehículos eléctricos y en muchas ciudades inteligentes, se han creado incentivos para quienes le apuestan a este tipo de movilidad, como acceso libre a áreas restringidas, parqueadero gratuito o incluso, exenciones tributarias.

4. Por último, es tan cool que estimula nuevas economías colaborativas como el carsharing o uso temporal de vehículos compartidos por un periodo corto de tiempo, y el carpooling, que consiste en el uso compartido de vehículos entre personas que van hacia el mismo lugar.
¡Cambia el chip! La e-movilidad no es el futuro, ya está en las calles y promete una mejor calidad de vida para las ciudades inteligentes y para todos los que ya se mueven en esta onda naranja.